Por: Daniel Ortega

Comúnmente, cuando se egresa de la universidad, uno de los aspectos que solemos pulir con mayor frecuencia son nuestros conocimientos técnicos; buscamos certificarnos, aprender un nuevo idioma u obtener experiencia laboral. Sin embargo, nos olvidamos por completo de aquellas habilidades ocultas en cada uno de nosotros, esas que nos definen como personas. Este tipo de conciencia surgió con mayor fuerza, valor e importancia cuando me dediqué a la programación, siendo más específicos en el desarrollo Web.   

En la actualidad, las verdaderas empresas 4.0 están preocupados por contratar personas apasionadas por su trabajo, aportando valor, no sólo para ellos, sino también para sus colaboradores y clientes.

Hasta este momento quizá te puedas preguntar, ¿Qué relación tiene todo esto con la agilidad?, la respuesta es, lo es todo, es la esencia de la agilidad. Uno de sus 4 valores esenciales, antepone a los individuos e interacciones sobre procesos y herramientas, la importancia de lo anterior radica en el hecho de que, al comprender a tus colaboradores, podrás motivarlos día con día a ser una mejor versión de ellos mismos. No sólo crecerás como empresa, sino como persona.   

Lo anterior me hace reflexionar sobre la importancia que tiene la empatía, comúnmente solemos olvidar que las empresas y los equipos de trabajo están formadas por personas y personalidades únicas, con capacidades y habilidades que los hacen especiales y que, como todos, tienen buenos y malos días.

Hasta este momento, todo lo mencionado no debería de tomarse a la ligera. Algo que he observado de conocidos míos que son reclutadores y en búsquedas que he realizado por Linkedin, es que las personas plasman en sus perfiles habilidades y capacidades como: liderazgo, empatía, trabajo en equipo, actitud positiva, entre algunas otras; algo que hace tan solo unas décadas no era común.

El cambio de mentalidad está surgiendo, me ha tocado leer historias de empresas que buscan integrantes que cumplan con estas cualidades, sin importar si no cumplen con los requerimientos técnicos en su totalidad, capacitándolos en un lapso de tiempo. Lo más grato de lo descrito anteriormente es leer y ver que la decisión tomada por los reclutadores fue la correcta, esos nuevos elementos demostraron ser los mejores para sus puestos y aportan verdadero valor para la empresa.         

No me quiero ir sin antes invitarte a que seamos agentes de cambio disruptivos, no sólo en nuestro trabajo y sus procesos, sino en la forma de tratar a los demás. Seamos influenciadores de aquellos que nos rodean, cada uno de nosotros podemos cambiar su día a día. Crezcamos en conjunto para hacer de nuestra empresa una de las mejores, llevando nuestras vidas y la de los demás al siguiente nivel.