Por: Iván Jiménez

@Ivanni_Simons

La escuela no hace al alumno… pero le da el papelito que necesita para que le den un empleo.

¿Te imaginas poder estudiar a tu propio ritmo, sin tener que chutarte los planes de estudio a veces obsoletos y no aplicables a las habilidades que necesitas para trabajar en una empresa y mucho menos para hacer tu propia empresa?

¿Te imaginas poder reunirte en la escuela, no para estar transcribiendo todo lo que el profesor apunta sino para auto-organizarte con tus compañeros para hacer las tareas y trabajos que en verdad refuercen el conocimiento y el aprendizaje?

Las bases de la agilidad están centradas en poder ser personas auto-dirigidas que puedan formar equipos de alto desempeño, los cuales hagan proyectos increíbles que mejoren este mundo.

En muchas escuelas, el enfoque está en que el profesor dicta su clase, receta a los alumnos montones de tareas y trabajos que sirven para llenar una lista de participación y entregas y que se traduce en papel y otros desperdicios que van a la basura, en cuadernos que guardas en tu casa hasta que se hacen amarillos y que al final acabas tirando. El profesor no es el origen del problema, es el sistema educativo que tenemos que nos prepara para ser empleados de tiempo completo.

¿Y qué pasa cuando este recién egresado llega a una empresa con un sistema operativo 1.0? Que ahora el líder de proyectos es quien le dice al equipo qué tiene que hacer (órdenes definidas por la cadena de mando arriba en función a su planeación estratégica pobre) y que los demás tienen que seguir al pie de la letra para que el proyecto salga bien. Y pobre de aquella alma impura que provoque que el proyecto salga mal, porque se va a la calle vetado de por vida de trabajar nuevamente en el sector X.

Esta cadena de caos provoca que mucha gente pierda su derecho y habilidad natura a la auto-organización. Como una analogía muy simple, tenemos a los alimentos “fortificados” los cuales por el proceso de fabricación y empaque les tienen que volver a aplicar los nutrientes que por defecto tenían. Eso mismo pasa en las empresas obsoletas que, al ver que sus empleados no están motivados ni contentos, buscan en el internet y encuentran la herramienta secreta: el EMPODERAMIENTO: les quitamos poder, vamos a regresárselos para que se sientan contentos.

En ocasiones funciona, pero en muchas otras ese “empoderamiento” se siente artificial, y la persona puede tener su confianza creativa o dirección rota lo cual va a hacer que solo espere a que llegue una oportunidad diferente para dar el salto y mandar al diablo al jefe negrero y a la empresa del siglo pasado.

El concepto “escuelas al revés” implica que los estudiantes puedan prepararse a su propio ritmo, en casa, con materiales digitales de reforzamiento y que el hecho de asistir a la escuela es para poder convivir con sus compañeros en un ambiente diseñado para hacer mejor el aprendizaje mediante retroalimentación de lo aprendido y planteamiento de retos en equipo. No van para que el profesor los entretenga con curiosas bromas y chistes, seguido de 250,000 palabras escritas en el pizarrón y alumnos con la muñeca cansada por pasar todo eso a sus libretas de notas.

Sal Khan, el genio creador de Khan Academy (https://www.khanacademy.org/) tiene preparado una serie de contenidos digitales que han beneficiado a millones de estudiantes en el mundo, a través de videos que los preparan para conocer sobre ciencias, historia, programación, entre otras disciplinas.

Su proyecto nació inspirado en poder enseñar a su sobrina matemáticas. Inició explicando a través de videos, llamadas telefónicas, conferencias web y otros medios y su alcance empezó a crecer, pasando de su familia, a conocidos de la familia y amigos, y de ahí cada vez más viral hasta que tuvo que armar sus contenidos web para difundirlos con las personas.

Para no hacer el cuento largo, su sitio sin fines de lucro el cual es patrocinado por Google, Microsoft, Carlos Slim y otros personajes es un referente para el concepto de educación al revés.

El esquema del trabajo remoto y las reuniones periódicas en la oficina es una buena aplicación del “empleo al revés” donde, en vez de ir a la oficina para que te receten todas las tareas que debes hacer, mejor toca organizar equipos interdisciplinarios que puedan estar trabajando desde donde quieran hacerlo (en la casa, en la oficina, en la playa acariciando un cangrejo) creando ellos mismos sus planes de trabajo, haciendo entregables en función a los objetivos planteados en equipo y logrando que el cliente se mantenga contento a través de avances constantes.

Las reuniones en muchas de estas empresas son opcionales, aunque muy saludables para fomentar la sensación de pertenencia al equipo, por lo que cuando llegan a tener reuniones es para revisar el termómetro de pertenencia como equipo, hacer algunas dinámicas, platicar de los objetivos personales y profesionales y, listo, a seguir trabajando. Esto es el enfoque de las empresas 3.0. De aquellas empresas que se dieron cuenta que las personas deben pensar diferente, trabajar inteligentemente y tener los recursos y motivación necesaria para hacer un gran trabajo (libertad, autonomía, un propósito, las herramientas suficientes para poder trabajar).

Algunas lecciones de Sal Khan son las siguientes:

  1. Sueña en grande
  2. Persevera
  3. Sé una fuente de positivismo
  4. Humaniza tus productos
  5. Empodera a las personas
  6. Mantén las cosas en perspectiva
  7. Dale diversión a tu trabajo
  8. Optimiza tu vida
  9. Sé un aprendiz incansable
  10. Revoluciona el mundo

Quiero ver un México en el cual los estudiantes y profesionistas nunca dejen de aprender. Donde busquen ocupar su tiempo libre, ingenio y creatividad para beneficiar a su persona, pero también al entorno que le rodea.

Me duele ver la apatía que tienen muchos jóvenes estudiantes y profesionistas. La mediocridad, la auto-complacencia, la eterna lucha por hacer lo indispensable para mantenerse vivos y “económicamente activos”. Y no generalizo, hay mucha gente talentosa que se aplica, que aprende, que tiene hambre de ser alguien que deje un legado positivo al mundo. Pero veo el otro lado de la moneda y es el que me preocupa, desde mis jóvenes conocidos que están estudiando hasta mis colegas profesionistas que son seres grises, conformistas y sin propósitos.

Si estás despierto y con ganas de trascender, levanta las alas y toma de la mano a dos personas que quieras rescatar de la contaminación apática que frena talentos y empolva mentes.

Despierta, México. Despierta de tu letargo cultural que te consume.